REFLEXIONES
SOBRE EL PERIODISMO ACTUAL (Por: Elena Vega)
Desaparecemos,
nos extinguimos, o por lo menos estamos comprimidos, palideciendo, a veces nos
veo como un chiste político, mordaz, insidioso, pero un chiste, podría decir
que somos leyenda, un cuento, una recuerdo en la memoria colectiva, la gente
inicia su relato de nosotros así: dicen, que hace unos diez años había
periodistas que escribían sobre hechos sociales, políticos, culturales,
escribían verdades y mentiras, y su trabajo era tan respetado que les llamaban
el cuarto poder, eran tratados con respeto, a veces con temor, y era tan
valioso su trabajo que la remuneración económica era cuantiosa o por lo menos
decente, podían vivir que en si ya era un lujo, incluso ahora quienes se
nombrar periodistas gozan de prestigio, pero el cuento termina siempre con un: pero no como entonces.
A mi me tocó
llegar al periodismo, en las condiciones de ahora, sin respeto, sin
remuneración, con poca o nula veracidad, corriendo detrás del poder para
recibir por el trabajo realizado, poco o nada, como si fuera una propina, me
tocó el prestigio de, pero no los hechos, no es lo que los compañeros dicen que
eran, dicen que fue, que era posible.
¿Qué pasó con
los medios de comunicación escritos? ¿Qué pasó con el poder, la credibilidad,
el respeto, nuestra presencia indispensable?, ¿Qué hicimos?, ¿Qué cambió en el
mundo y no nos adaptamos que ahora estamos parados en una cornisa fuera del
edificio del poder, esperando a que avienten al precipicio al primero de
nosotros y eventualmente desparecer?, ¿Qué pasó que nos encontramos en esta
posición tan desesperada?, ¿Cuál es nuestra kryptonita, y cual el antídoto?
Algunos pueden
decir que los medios de comunicación electrónicos nos han desbancado, que
Tweeter tiene mas fuerza que lo que un periódico puede escribir diario, esto pudiera
ser verdad en ciertos círculos privilegiados, pero en mi país, en la provincia
donde vivo y ejerzo el periodismo, no se asemeja a estos ambientes favorecidos,
analfabetas nos llaman a los que no manejamos las nuevas tecnologías, y si
todavía existe quienes no sabe leer y escribir a su edad adulta, es aplastante
la cantidad de personas que no tienen acceso a este otro mundo virtual, no, no
y mil veces no nos arrebataron “sueño del periodista” estas primas lejanas, la
nuevas tecnologías, ¿pero que tanto nos hemos enriquecido de sus bondades y
conocemos sus defectos para mantenerlas a raya o utilizarlas como se “debe”?
Otros dicen que
es la falta de credibilidad, señalan que nos vendimos, que no escribirnos otra
cosa que no sea lo que nos dice el que está sentado en la silla, y cambiamos la
realidad de un plumazo, como en la famosa novela 1984, con su no lenguaje y su
no memoria, ¿quien puede tenernos como fiables o valiosos si solo escribimos lo
que nos dicen y no informamos, solo dibujamos fachadas?,
También está la
realidad que duele y es que nos están matando, a balazos, degolladas, desaparecidos,
a otros solo nos matan de hambre, y así, con una pistola en la cien, con el
coche volteado y tu a punto de morir atrapada dentro, o golpeada desde la
cárcel, siendo sacada del camino, no es posible seguir escribiendo, desde la
muerte no, desde el miedo por la seguridad de la familia, difícilmente podremos
abstenernos de sucumbir a dejar la tinta parada o doblegarla.
Podemos nombrar
también que, la forma de estar en el poder, llegar y permanecer en él ha
cambiado en estos años; ésta es solo una intuición personal, es una duda que se
vuelve certeza, Él, el Protagonista No nombrado del poder, junto con sus nuevos
aliados, cree que puede prescindir de
nosotros, y ante esto no dejo de preguntarme: ¿Es una nueva forma de vivirse en
el poder o es la vieja formula, la ya conocida canción de la dictadura, el
miedo, la tortura y al muerte?, ¿Será que solo estamos repitiendo la historia?,
¿tendremos que regresar a la clandestinidad, y a la muerte segura?, ¿tendremos
que prepararnos para un nuevo régimen o tendremos que disponernos para un
cambio en la forma en la que nos concebimos, nos articulamos y apoyamos como
periodistas? Ésta es una inquietud que dejo puesta en la mesa para discutirla y
decidir nuestras alternativas, personales y como gremio.
¿Que debemos
concluir ante estas hipótesis de kryptonita, ajo y agua bendita? Desde mi
perspectiva todas son verdad, no absolutas, pero verdades, si nos vendimos, si
nos matan, si están cobrando fuerza las nuevas tecnologías y ha cambiado la
forma de ejercer el poder, tal vez por el fenómeno narcotráfico con todas sus
aristas, pero ante estas realidades no es tiempo de acomodarse y ceder el paso,
debemos ser responsables, activas(os) y propositivas(os) en nuestro quehacer, es
necesario llevar a cabo acciones claras, comunes, cotidianas, accesibles a todas
y todos los periodistas, para encontrar nuestra nueva forma y camino, para recobrar
credibilidad, cooperar entre nosotros y salvaguardar la vida, ante esto doy un
voto de confianza a las redes de apoyo internacionales, a la denuncia y la apropiación
de las nuevas tecnologías pero también a la reflexión y auto crítica.
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Elena Vega