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LA HISTORIA
DEL FEMINISMO EN MÉXICO
En ocasiones, revisar la historia, mi historia, ha sido una grata
sorpresa, es como ser recibida con los brazos abiertos por una familia
largamente buscada, eso fue lo que me pasó al preguntar y leer, acerca del
Feminismo en México.
Ahora que se un poco más del pasado de este movimiento social y
político, me doy cuenta de que mis ideas, pensamientos, libertades e inclusive
mis limitaciones legales, son la herencia de este pasado, y veo que mi presente
y futuro, están gentilmente marcados por ellas, por todas estas mujeres que
escribieron, vivieron y fueron la historia del feminismo en México.
Espero que para ustedes también sea un encuentro interesante y emotivo,
que les despierte la curiosidad por saber un poco más a cerca de esta herencia
que es tuya y mía.
La historia del feminismo en México inicia hace mucho tiempo y, ha
tenido sus momentos de intensa actividad, así como momentos de letargo, un
letargo que pareciera muerte. Para algunas, el Feminismo en México inicia en
los años 70, y llaman a ésta etapa del movimiento social: “el Nuevo
Feminismo”, pero los registros nos dicen
otra cosa, al parecer las historiadoras no se ponen de acuerdo sobre que etapa
de la historia de México dio a luz al Feminismo en nuestras tierras. Algunas
dicen que existen demandas desde la segunda mitad del siglo XIX, otras
sostienen que de finales del mismo siglo son las demandas más concretas y
claras. Sin embargo hay quienes consideran que los años veinte fueron el
antecedente de la luchas feministas y otras
dicen que el feminismo actual proviene del los años treinta.
Lo que si queda claro, es que el Feminismo en México,
tiene sus antecedentes en las luchas de independencia y la revolución, es
decir, fue el pensamiento liberal de la época, de hombres y mujeres, lo que dio
espacio para ideas feministas como el voto femenino y el ingreso de las mujeres
a los estudios superiores, no olvidemos que durante la guerra de Independencia
fueron importantes las figuras de Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, y
la Güera Rodríguez, quienes haciendo caso omiso de los prejuicios de la época,
se unieron a la lucha por la libertad de nuestro país. Por toro lado, están
como precursoras las luchas en otras partes del mundo, donde las mujeres ya
habían logrado ejercer sus derechos, por ejemplo en Nueva Zelanda,
desde finales del siglo XIX, se reconocieron los derechos ciudadanos de la
mujer y en 1918 en Gran Bretaña sucedió lo mismo, Este reconocimiento con sus
limitaciones, ya que debían tener 30 años y confiabilidad para poder
ejercerlos.
A
finales del siglo XIX y principios del XX, Las ideas libertarias contra la
dictadura de Porfirio Díaz llevaron a las mujeres a organizarse. Crearon clubs
de trabajo como: del Club Liberal Ponciano Arriaga (San Luis Potosí), del Club
Liberal de Señoras y Señoritas Discípulas de Juárez (Veracruz) y del Club de
Señoras y Señoritas de Antiania Nava (Matehuala, San Luis Potosí), que apoyaban
al Partido Liberal. Por su parte, en su programa, el Partido Liberal incluía el tema de
la mujer y hacía ver que el trabajo que desempeña en el hogar debía ser
reconocido como tal y advertía que el trabajo doméstico de las mujeres
realizado a domicilio debía ser remunerado adecuadamente.
Como antecedente de los movimientos feministas en
México, está la carta de las mujeres zacatecanas de 1824, quienes solicitaban
ser reconocidas como ciudadanas. Esta lucha tardaría más de un siglo en lograr
su triunfo.
Es en 1884 que la periodista y escritora Laureana
Wright González, funda la revista feminista “Violetas de Anahuac”, donde se
plantea el voto para las mujeres y la igualdad de oportunidades, también
escribe su libro: La emancipación de la mujer por medio del estudio.
En 1904 se publica la revista feminista “La mujer
Mexicana”, donde se planteaban los incipientes objetivos del feminismos de la
época, la editaba Luz F. Vda. De Herrera, la dirigía Dolores Correa Zapata y su
responsable era la Lic. Sandoval de Zarco. “El feminismo Mexicano no pretende
desvanecer al hombre, sino colocarse dignamente a su lado”, escribió Adela
López de Herrera”, en este mismo año se fundó el primer organismo feminista: La
Sociedad Protectora de la Mujer.
Apenas era
1906 cuando las republicanas que apoyaban a Juárez, demandaron el voto femenino
y empezaban a cocinar la Revolución de 1917, al participar en las huelgas
precursoras de la lucha en Río Blanco, Veracruz y Cananea.
De las
huelgas y los enfrentamientos posteriores, se destacan los nombres de mujeres
como Lucrecia Toriz, quien incitó a sus compañeros a abandonar los telares e
iniciar la huelga y se enfrentó a soldados en Río Blanco; Anselma Sierra, quien
con una pistola disparó certeramente contra los asesinos en la misma huelga,
Margarita Matrínez encabezó el asalto a la tienda española Victor García,
Isabel Díaz de Pensamiento, Dolores Larios, Carmen Cruz y otras mujeres que
arrojaron pan viejo y tortillas duras a los trabajadores que regresaron a sus
trabajos y se conformaron con la injusta resolución del entonces presidente
Porfirio Díaz. Muchas de ellas escribieron, como Emilia Enríquez de
Rivera en El Diario del Hogar (entre muchas otras mujeres).
En mayo de 1911 varios centenares de mujeres solicitaron
al Presidente interino Francisco León de la Barra su derecho a votar, con el
argumento de que éste no estaba excluido en la Constitución de 1857, ya que la
Carta Magna no se refería al sexo de las personas votantes.
La lucha de
las mujeres en la Revolución Mexicana, tiene como resultado que la
Constitución del 17 inscribe la igualdad legal para hombres y mujeres, aunque
se olvida del derecho al voto femenino. En la Revolución las mujeres
ganaron los derechos de la administración de bienes, la tutela de hijas e
hijos, y salario igual a trabajo igual.
Tres años
antes, en 1914, se expidió la Ley del Divorcio, impulsada por Hermila Galindo,
secretaria particular de Venustiano Carranza, quien accedió a firmarla. Al
calor de la lucha en 1915 la división del sur a cargo de Emiliano Zapata,
expidió la primer ley del Matrimonio que facultó a las personas divorciadas
para casarse otra vez.
Al parecer,
el impulso definitivo al feminismo en México, es el Primer congreso Feminista
en Yucatán, el cual se llevó acabo el 13 de Enero de 1916, A dicho
Congreso asistieron 617 delegadas, la junta
organizadora del congreso estuvo constituida por Consuelo Zavala, Dominga
Canto, Hermila Galindo de Topete, Adolfina
Valencia de Ávila, María Luisa Flota,
Beatriz Peniche, entre muchas otras mujeres, también tuvo una participación
importante el general Salvador Alvarado, gobernador del estado de Yucatán.
En este
congreso se discutieron 4 temas principales: 1) ¿Cuáles son los medios sociales
que deben emplearse para aliviar a la mujer del yugo de las tradiciones?,
2)¿Cuál es el papel que corresponde a la escuela primaria en la reivindicación
femenina, ya que aquella tiene como finalidad prepara para la vida?, 3) ¿Cuales
son las artes y ocupaciones que debe fomentarse y sostenerse en el Estado y
cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso?, 4)
¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin
de que no solamente sea elemento dirigido sino también dirigente de la
sociedad?. Algunas de las conclusiones fueron las siguientes: Se acordó dar a
conocer en los centros culturales la potencia y la variedad de las facultades
de las mujeres y la aplicación de éstas habilidades a las ocupaciones
desempeñadas por el hombre, Se acordó la creación de una academia de dibujo,
pintura, escultura y decorado; el establecimiento de clases de música,
fotografía, platería, trabajos de fibra de henequén etc. En las escuelas
vocacionales y la multiplicación de las escuelas granjas mixtas entre otros
acuerdos
,
Desde
principios de siglo las mujeres fueron a la escuela, se educaron, apareció la
educación Normal, comercial y los centros de artes y oficios. Así acceden a las
bellas artes, la medicina o la minería. También se crean las escuelas
municipales para obreras. Todas estas demandas, impulsadas por las sociedades
feministas que nacieron durante las primeras décadas en distintos estados de la
República.
En 1017 se promulgó en Querétaro la nueva
Constitución Política, de la cual se deriva la ley de relaciones familiares, según
la cual el hombre y la mujer tienen derecho a considerarse iguales en le seno
del hogar, es así como la mujer quedó en condiciones de ejercer la patria
potestad sobre los hijos, de concurrir al sostenimiento de la familia, de
administrar los bienes comunes y los suyos propios, de contratar y de
obligarse, si bien hubo estos avances, no se reconoció el derecho al voto de
las mujeres.
Los años 20
también fueron de avance para las mexicanas: inicia la lucha de los que
hoy conocemos como derechos reproductivos. En el primer Congreso Feminista
celebrado en la ciudad de México en 1923, solicitó educación sexual para
niños, niñas y jóvenes en las escuelas.
Mientras en
Yucatán se hacía un escándalo por la difusión en español del libro de Margaret
Sanger llamado “La Brújula del Hogar”, antecedente de las políticas de
población y planificación familiar. En contraposición el Estado creó el Día de
la Madre.
En 1935, por
iniciativa de María Refuguio García se formó el Frente único Pro Derechos de la
Mujer. Esta agrupación afilió a mujeres de toda la república, y participaron
como dirigentes mujeres como: Matilde Rodríguez Cabo, Consuelo Uranga, Frida
Kahlo, Adelina Zandejas, Esther Chapa, Clementina Parra, Alicia Reyes, Sara
Miranda Rosa Amelia Aparicio y muchas más.
El frente único Pro Derechos de la Mujer estructuró un
vasto programa teniendo como principal bandera el logro del voto de la mujer,
promovieron la instalación de escuelas para mujeres adultas, guarderías
infantiles, hospitales de maternidad, centros de conferencias y clases de
oratoria entre otras gestiones. El Frente, además escribió la primera agenda de
demandas femeninas. Muchas de ellas continúan siendo una utopía, como el de la
participación igualitaria en los puestos públicos.
La lucha por
el voto en este siglo marcó casi todas las acciones organizadas de las
mexicanas, así fue como en 1936, el Frente Único por Derechos de la Mujer,
logró que el presidente Lázaro Cárdenas presentara en 1937 una iniciativa
para que, mediante la reforma al artículo 34 constitucional, se reconociera la
igualdad jurídica de la mujer y se posibilitara su participación política. La
iniciativa fue recibida con resistencia por parte de los diputados y, después
de muchas negociaciones, finalmente las Legislaturas locales enviaron sus
votos, la propuesta no prosperó.
El voto femenino fue conquistado
primero en el ámbito municipal en 1947, con la reforma al artículo 115
constitucional, y posteriormente en el ámbito federal.
Después de años de lucha y presiones, Doña Amalia
Caballero de Castillo Ledón, una de las sufragistas más destacadas de México,
funcionaria pública y diplomática, quien entre otros cargos tuvo el de
presidenta de la Comisión Internacional de la mujer en 1948, habló con el
candidato a la presidencia Adolfo Ruiz Cortínes y le pidió que otorgara el voto
a las mujeres (muy a la mexicana). Se le dijo que sí como no, pero que tenía
que conseguir 500 mil firmas solicitándolo. Ella, a través de la Alianza de
Mujeres de México, las juntó y el presidente firmó el derecho a votar y ser
votadas en 1953 reconociéndose hasta entonces los derechos políticos y
ciudadanos de la mitad de la población.
Tuvieron que pasar otros 26 años
para que se eligiera a la primera gobernadora de la historia de México, doña
Griselda Ávarez, quien, pese a los obstáculos que sufrió su administración,
desarrolló una gestión ejemplar al frente de la gubernatura de Colima.
En 1923, Rosa
Torres se convirtió en la primera regidora de la ciudad de Mérida en
Yucatán, mediante el voto. Otras le siguieron en San Luis Potosí y Michoacán,
gracias a leyes locales.
1954 Aurora
Jiménez de Palacios fue la primera diputada federal electa. No obstante
tuvo que transcurrir una década más para que María Lavalle Urbina y Alicia
Arellano Tapia, llegaran al Senado de la República en 1964.
Después de
una intensa lucha por el sufragio, vino una época de letargo, y el despertar
del feminismo en México se dio a finales de los años 60 y principios de los 70,
con nuevas demandas, nuevas estrategias y otras mujeres que también escribieron
nuestra historia, pero de este: “Nuevo Feminismo” hablaremos en otro momento.
Recopilación
Elena Vega Ortega
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